Dentro de sus conceptos
fundamentales existen algunos de carácter obligatorio, como es el i`tidal, es
decir, “simetría” o “equilibrio psicofísico”, resultado de la proporción óptima
de los cuatro humores, de forma que se convierte en el instrumento requerido
para conservar la salud y, como consecuencia, en el objetivo a alcanzar por
todo tipo de régimen o normas de salud y remedios naturales
Los conceptos fundamentales sobre diatia (higiene de vida) árabe se basan en el concepto de salud como equilibrio de las potencias y armonias correctas. En la diatia (higiene de vida) sigue rigiendo el esquema canónigo del Corpus Hipocraticum, de las res sex non naturales.
1) luz y aire;
2) comidas y bebidas;
3)
trabajo y reposo;
4) sueño y vigilia;
5)
excreciones y secreciones, apartado que también engloba el baño, las relaciones sexuales, la flebotomía, etc.;
6) disposiciones o estados de espíritu -alegría, enfado, tristeza, etc.,-.
Todas ellas son necesarias, como su nombre indica, para la recta ordenación de
la vida del hombre y, además, llegaron a convertirse en la clave explicativa de
una ambiciosa visión de la salud como “norma de vida”.
De acuerdo con tales normas, todos los cuidados van
encaminados a conservar el cuerpo y el espíritu en buen estado, respetando su
funcionamiento natural. Hay que tener en cuenta, de forma rigurosa, el
temperamento del individuo (la constitución biológica individual –edad, sexo,
actividad, costumbres, etc.-) y el ritmo de las estaciones del año a fin de no
contravenir nunca el orden natural.
Como consecuencia, el funcionamiento correcto del organismo
humano depende íntimamente de su armonía con la Naturaleza, todo debe estar
sometido a las variaciones que afectan al medio natural del ser humano.
Además, la base de la diaitia (higiene de vida), según las teorías galénicas,
se asienta sobre la consideración de la perdida de salud como un fenómeno puramente
individual, es decir, que las res sex non naturales deberán ser tratadas de forma
diferente e individual. Tal vez esta sea
la característica que más diferencia a la higiene galénica de la actual. La aceptación del paradigma galénico por
parte de la cultura árabe determinó que ésta incorporase plenamente la diatia (higiene de vida)
al servicio del ser humano preocupado por la salud.
A través de la diaitia (higiene de vida), se marca la metodología a seguir
para regular totalmente la vida humana y a sentirse capaz de dar respuesta a
los problemas del ser humano tanto es su estado de salud como en la perdida de
salud.
En un primer momento,
las normas de estilos de vida saludables (Regimen sanitatis) aparecen incluidas dentro de las obras médicas
de carácter general hasta que, paulatinamente, van desgajándose hasta
constituir un género independiente, lo cual tiene lugar en el Oriente islámico
en el s. X. En al-Andalus este fenómeno se va a retrasar y habrá que esperar hasta el siglo XII para encontrar
una importante producción a nivel cualitativo y cuantitativo. Así, los títulos
más usuales que adopta este género son
Kitab al-agdiya (Tratado de los alimentos) y Kitab fî tadbir –o fî hifz-
al-sihha (Tratado del régimen -o de la conservación-de la salud).
La regulación de la diaitia (higiene de vida) es utilizada para la preservación de la salud por grandes figuras del Al – Andalus como Maimónides, basa en ello su obra Recomendaciones de la Salud o Guía de la buena salud Fi al-jama; Maamar shemirat ha-beriut (1198), obra traducida al latín como Régimen Sanitatis por la escuela de Salerno, dedicada, al hijo del sultán, Al-Fadl, que sufría ataques de melancolía depresiva, debidos en parte a la vida desordenada que llevaba.
La regulación de la diaitia (higiene de vida) es utilizada para la preservación de la salud por grandes figuras del Al – Andalus como Maimónides, basa en ello su obra Recomendaciones de la Salud o Guía de la buena salud Fi al-jama; Maamar shemirat ha-beriut (1198), obra traducida al latín como Régimen Sanitatis por la escuela de Salerno, dedicada, al hijo del sultán, Al-Fadl, que sufría ataques de melancolía depresiva, debidos en parte a la vida desordenada que llevaba.
Maimónides le recomienda una serie de medidas que van desde
la higiene y la dieta alimenticia hasta
lo que se ha llegado a considerar la primera formulación de psicosomática, al destacar la influencia del estado psicológico del individuo
en la salud de su cuerpo; y esta es quizá la característica más significativa
de sus obras: la enfermedad o la salud afecta al hombre en su integridad, es
decir al cuerpo y al alma.
Estas ideas ya las había manifestado en otras obras
anteriores, como la Guía de los Perplejos o el Comentario a la Misná, donde
dice:
Al comer, al beber, al copular, cuando duerma o esté
despierto, se mueva o descanse, su intención
será siempre conservar la salud del cuerpo. Y la salud del cuerpo no tiene más finalidad
que ofrecer al alma órganos sanos y perfectos... No sólo debe tender al placer
eligiendo siempre la comida o a bebida más sabrosas o siguiendo un régimen de vida más placentero,
sino que debe apuntar a aquello que es agradable de acuerdo con la ciencia de
la salud.
Un principio fundamental impregna toda la práctica sanadora
de Maimónides: la vida de los sentidos, con sus placeres y sus goces, debe
estar subordinada a la vida del alma y al reino de la ética.
Maimónides destaca que el alma y el cuerpo constituyen una
unidad profunda e indisoluble: una vida desordenada representa una amenaza para
el alma, e inversamente, un espíritu que ignora toda ley ética tendrá efectos
desastrosos sobre el cuerpo. El hombre debe esforzarse por dominar sus pasiones
para preservar su libertad.
Ibn Al-Jatib también habla ampliamente de la regulación de
los hábitos saludables en su tratado de Higiene, siguiendo los mismos conceptos
de las sex res non naturales
Los alimentos eran considerados como elementos
normofuncionales que actúan en el organismos según la teoría de las cualidades
naturales, las cuatros cualidades naturales admiten diferentes proporciones de
mezclas, sin que esto perjudique la salud del cuerpo; de ella derivan los
diferentes temperamentos que en árabe reciben el nombre de “mezclas”. La
perdida de salud constituye la rotura del equilibrio de los humores corporales
o vitales. Es, según la tradición árabe, tarea del sanador ayudar a la
naturaleza a restablecer el equilibrio. Del mismo modo los alimentos en su
equilibrio exacto constituía el fundamento de la salud. Así Abulcasis decía: “el
higo es de naturaleza caliente y húmeda en primer grado. Es empleado para los
riñones cuyos cálculos disuelve. Su inconveniente es que llena y ceba. Esto se
puede contrarrestar tomando caldo salado y bebida con vinagre. La ciruela es de
naturaleza fría en primer grado. Se emplea para evacuar la bilis. Tiene el
inconveniente de perjudicar al estómago. Esto se contrarresta tomado azúcar con
rosas”.
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